La valoración en CIOVA es completa y está orientada a definir el tipo de estrabismo, su magnitud y el impacto funcional. Analizamos agudeza visual y refracción, coordinación binocular, patrones de desviación en distintas posiciones de mirada y presencia de limitaciones musculares u origen neurológico, con el objetivo de distinguir cuándo conviene iniciar con corrección óptica y ejercicios de ortóptica y cuándo indicar tratamientos avanzados. Este abordaje sigue las mejores prácticas clínicas publicadas para estrabismo en adultos, complementadas con nuestra experiencia en oftalmopediatría para los casos pediátricos. 

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En tratamientos, explicamos con claridad todas las opciones. Para desviaciones pequeñas o diplopía leve, los lentes con prisma (incluidos prismas Fresnel temporales) pueden alinear las imágenes y ofrecer visión única mientras estabilizamos o resolvemos la causa; cuando funcionan, se pueden incorporar de forma permanente a la graduación. Muchos pacientes logran alivio sintomático significativo con esta estrategia, que es segura y reversible. Cuando la alineación requiere un cambio más definitivo, valoramos cirugía de estrabismo con técnicas actuales para ajustar la tensión y la inserción de los músculos extraoculares; en casos seleccionados, empleamos toxina botulínicacomo complemento o alternativa.

En adultos, realinear los ojos no solo mejora el campo binocular y puede resolver la diplopía: también impacta positivamente en la función visual, la postura compensatoria y la confianza social, beneficios documentados por sociedades oftalmológicas internacionales. En niños, el objetivo es alinear a tiempo para favorecer el desarrollo visual y reducir el riesgo de ambliopía.